Las mujeres vivimos como esclavas para que nuestros maridos puedan disfrutar de su tiempo de ocio: los maridos difrutan de 16 horas más de tiempo libre que nosotras. Las mujeres ponemos las necesidades de los otros (marido, hijos) por encima de las nuestras, incluso tenemos dificultades para reconocer nuestras propias necesidades, y no hablemos de la habilidad para satifacerlas. Mientras que las mujeres nunca buscamos oportunidades para relajarnos o divertirnos, nuestros maridos no hacen otra cosa que reclamar su derecho inalineable a divertirse. Para muchas de nosotras la idea de ocio es algo parecido a meter a los niños en el coche e ir de compras o sencillamente que nos dejen en paz 5 minutos. .. Por que el tiempo libre es un privilegio masculino. Nosotras las mujeres contribuimos a proteger ese privilegio, y para colmo, a menudo negando su existencia. Las mujeres casadas somos facilitadoras de tiempo libre para nuestros maridos.